A Julio Huerta ni “coordinación de porras” le dieron en gira de Sheinbaum a Tehuacán

Rumor sin Fronteras / Por Gerardo Pérez García

 

Los hechos hablan por sí mismos.

Y no se trata de interpretaciones.

O el clásico dicen que dijo.

Para nada.

El punto toral es que Julio Huerta Gómez está viviendo los días más tristes de su impronta –y brevísima- “carrera política”, cuando creyó, pensó e imaginó que era el “heredero del barbosismo”.

Durante tres años y cuatro meses fue “ojos y oídos” de su primo hermano, el gobernador Miguel Barbosa Huerta, desde la Dirección de Gobernación.

Al fallecimiento -13 de diciembre 2022- de Barbosa, Julio Huerta estuvo a un paso de convertirse en Gobernador Sustituto.

Más se le cruzó en el camino su amigo Sergio Salomón Céspedes y Jorge Estefan Chidiac.

Amén del rechazo de la mayoría de diputados de oposición y varios de la coalición Morena-PT-PVEM a designarlo Sustituto de Barbosa.

Su premio fue la Secretaría de Gobernación.

Ratificación de coordinador en Puebla de la pre campaña de Claudia Sheinbaum.

Pero sobre todo, la “promesa” de que sería el sucesor de Salomón Céspedes.

Y entonces se convirtió en Julio regalado.


Era el “poderoso” titular de Segob.

Y el “representante” de Sheinbaum en Puebla.

La clase política se le cuadraba.

El gabinete le decía: “estamos contigo, tú ordenas”.

Los alcaldes se plegaron a sus caprichos.

Y entonces se sintió “Dios en Poder”.

Espectaculares por todo el territorio poblano.

Entrevistas en periódicos, portadas en revistas, digitales, radio y televisión.

También en medios nacionales.

Se creyó un rok star de la política.


Así hablaba.

Así caminaba.

Así actuaba.

Tenía plena y absoluta seguridad que sería el candidato de Morena a la gubernatura.

Y caminó.

Y recorrió el Estado.

Las y los poblanos lo “vitoreaban”.


Su séquito le decía al oído:

“Usted será el candidato”.


“Se la deben”.


“Es el único barbosista puro”.

Don Julio asentía con la cabeza y esbozaba leve sonrisa.

El primer aviso que recibió de que no sería “el bueno” fue durante la selección que hicieron los consejeros políticos estatales, donde Julio Huerta Gómez no fue incluido.

Consejo que preside su “delfín” Andrés Villegas, a quien nombró subsecretario de Gobernación, para colocarlo después en la presidencia del Consejo Político Estatal de Morena.

Ni así pudo el “chico maravilla” hacer que su jefe quedara en la lista de finalistas, que por último encuestó la dirigencia nacional.

El segundo golpe a don Julio fue cuando Mario Delgado, líder nacional, dio a conocer al ganador de la encuesta: Alejandro Armenta Mier.

En segundo sitio quedó Ignacio Mier Velazco y Claudia Rivera Vivanco, la mujer con mayor votación en su género.

NO FUE COORDINADOR NI DE LA PORRA A SHEINBAUM

 

La virtual candidata de Morena a la Presidencia de México realiza una gira de 3 días al Estado de Puebla, que inició por la tarde del pasado miércoles en Acatlán, para proseguir el jueves en Tehuacán y concluir viernes en Atlixco y Amozoc.

El martes se especulaba que Julio Huerta sería el coordinador de la visita a la entidad de su “amiga” Sheinbaum.

Pero…

No fue así.

En la gira por Acatlán, Julio Huerta no asistió.

Y en su tierra Tehuacán, sí estuvo, pero atrás de la valla.


(Al igual que Claudia Rivera Vivanco, Rodrigo Abdala, Olivia Salomón y Rosario Orozco viuda de Barbosa)


¿Cómo… el coordinador y representante de la candidata presidencial no coordinó la visita a Tehuacán?

¿Y estuvo con el pueblo y ni siquiera lo subieron al templete?

¿No puede ser que “Dios en el Poder” haya sido excluido y relegado a la zona de los mortales?

¿Cómo entender que Julio no fuese siquiera nombrado –por no dejar- “coordinador de las porras” de Claudia Sheinbaum?


Qué pena.

Qué dolor.

Qué amargo despertar.

Diría el clásico: “Lástima Margarito”.

¿Qué sigue para Julio Huerta Gómez, heredero de la dinastía barbosista?

¿El Senado?

¿Diputado Federal?

¿Legislador Local?

¿O la fría banca?

Al tiempo.