SEDIF impulsa la reeducación para visibilizar y erradicar la violencia contra las mujeres

• La activista Tamara Blanca llamó a la sociedad a ser crítica y a las instituciones a garantizar leyes efectivas y protocolos claros, destacando que «la palabra se vuelve resistencia».

CIUDAD DE PUEBLA, Pue.- En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (Día Naranja), el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF) llevó a cabo la conferencia “Cuando la palabra se vuelve resistencia ante la violencia de género”, reafirmando el compromiso de la presidenta del Patronato, Ceci Arellano, para lograr familias felices y una vida libre de violencia.

La conferencia, impartida por la activista Tamara Blanca Castillo, se centró en la necesidad de construir una sociedad empática, analítica y crítica de los discursos mediáticos para alcanzar la armonía y el amor.

La Palabra como Herramienta de Cambio

Tamara Blanca subrayó que es fundamental que las instituciones públicas impulsen leyes efectivas, mesas de diálogo y protocolos claros que garanticen justicia, acceso a la salud y acompañamiento adecuado en los procesos de investigación.

La activista celebró que actualmente la violencia de género forme parte de la agenda pública y enfatizó que la sociedad debe ser responsable y comprometida con la educación como herramienta para el cambio.

«La realidad es que debemos seguir con la transformación del discurso que aún mantienen a las mujeres en papeles secundarios dentro de la sociedad”, afirmó Blanca Castillo.

Asimismo, hizo un llamado a construir espacios donde las mujeres transiten con libertad y seguridad, e invitó a reconocer la diversidad sexual y las desigualdades estructurales que enfrentan las mujeres indígenas, afrodescendientes y trans.

Finalmente, la conferencista invitó a analizar la construcción cultural que históricamente coloca al hombre como figura central en las historias, relegando a las mujeres, y reconoció que las mujeres han marcado historia por alzar la voz y no normalizar la agresión.