Inocrep de la BUAP dispara el rendimiento del maíz hasta 17 toneladas por hectárea

Inocrep de la BUAP dispara el rendimiento del maíz hasta 17 toneladas por hectárea

  • Un inoculante de segunda generación, patentado por la BUAP, promete una agricultura sustentable al incrementar hasta seis veces las cosechas, reducir 50% el uso de químicos y aumentar la resistencia a la sequía.

CIUDAD UNIVERSITARIA, Pue. – Un equipo multidisciplinario de la BUAP ha desarrollado Inocrep, un inoculante biotecnológico de segunda generación que está a un paso de revolucionar la agricultura sustentable en México. Este producto no solo aumenta drásticamente los rendimientos de cultivos clave como maíz, jitomate, frijol y papa, sino que también reduce a la mitad la dependencia de fertilizantes químicos.

Los resultados en cultivos extensivos de maíz criollo son contundentes: se lograron obtener 17 toneladas por hectárea, un aumento significativo comparado con las cuatro toneladas que se producían antes de su uso, según informó el doctor Jesús Muñoz Rojas.

Composición Única y Ventaja Global

Inocrep contiene seis especies de bacterias benéficas que coexisten, como Azospirillum brasilense y Pseudomonas putida, que se adhieren a las semillas, colonizan y eliminan patógenos. La doctora Yolanda Elizabeth Morales García destacó su ventaja global:

“A nivel mundial no existe una patente con estas características, porque a la par de aumentar el rendimiento del fruto, remueve sustancias dañinas para la salud y actúa a pesar de la limitación de agua”.

Esta tecnología de la BUAP, que cuenta con una patente del IMPI desde 2016, es altamente competitiva en costo: una dosis de 300 mililitros basta para una hectárea.

Camino a la Comercialización

El proyecto, que inició su etapa de investigación en 2008, ahora avanza hacia la comercialización a través de la spin off “MicroBST Yoliza”.

Actualmente, Inocrep recibió financiamiento para obtener la licencia sanitaria y el registro ante Cofepris. El doctor Antonino Báez y la maestra Ana Line García Torres trabajan en un sistema de gestión de calidad basado en normas ISO para garantizar la eficiencia y la inocuidad del producto, en espera de la validación final por parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER).

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