Morena y sus eufemismos

Morena y sus eufemismos

Durante su primer Informe de Gobierno, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, afirmó: “Vamos bien y vamos a ir mejor. Repito: vamos bien y vamos a ir mejor. Llegamos a seguir transformando la nación, por la paz y el bienestar del pueblo. Tengan la certeza de que no voy a traicionar. Con la fuerza de México, de nuestro pueblo, caminaré sin descanso, con rectitud, con valentía y honraré siempre la confianza depositada en mí”.

Previamente, ya había destacado una reducción “histórica” en los niveles de pobreza del país, al asegurar que entre 2018 y 2024 más de 13 millones de personas dejaron esta condición con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) y el Índice de Pobreza Multidimensional que calcula el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), afirmando que el modelo de la Cuarta Transformación “funciona”.

¿En verdad vamos bien? ¿Los 41.9 millones de mexicanos que presentan pobreza por carencias sociales opinarán también que “vamos bien”? ¿Las familias de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Tabasco, Campeche, Hidalgo y Michoacán, donde aumentó la pobreza extrema pueden asegurar que la presidenta ha honrado “la confianza depositada” en su persona? ¿El modelo de la 4T realmente funciona para los 44.5 millones de personas sin acceso a la salud? ¿Su reducción “histórica” contempla a los 24 millones de mexicanos con rezago educativo?  

No me parece. A pesar de su falso optimismo, nos encontramos, otra vez, frente a un discurso falso de los representantes de Morena que buscan engañar al pueblo de México y entretenerlos con tarjetitas, antes que asumir la responsabilidad de tener en sus manos una grave crisis que lacera directamente la vida de, por lo menos, 100 millones de mexicanos.

Este famoso “modelo de la Cuarta Transformación” se basa en: 1) Incremento del salario mínimo. Actualmente es de 278 pesos, contra los 4,719 pesos de la canasta básica en México, al corte de julio de 2025, misma que se encareció 3.6% en comparación con el mismo mes del año pasado, de acuerdo con las Líneas de Pobreza por Ingresos, difundidas ahora por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

2) Expansión de los programas de Bienestar. Estos no están pensados para resolver el problema de la pobreza, sino para comprar conciencias, para tener clientes electorales y, así, perpetuarse en el poder. De acuerdo con Julio Boltvinik, “los hogares más pobres no son los hogares donde viven los viejos: los hogares más pobres son donde viven los menores”, sin embargo, ahí con los “viejos”, que tienen credencial de elector y pueden votar, “está concentrado el gasto”.

3) Obra Pública estratégica. ¿Cuál obra pública? Ahora con Morena en el poder ya ni siquiera se pavimentan calles, a lo mucho, el gobernador del Estado, como en Puebla, andará tapando baches, y eso, unos cuantos. La falta de servicios de calidad como el agua potable, drenaje sanitario, electrificación, infraestructura deportiva, cultural y deportiva, está completamente olvidada, mientras el recurso se aplica, con corrupción, en las obras faraónicas de Morena, que en nada sirven al pueblo de México.

4) Mayor inversión privada. En el sexenio de López Obrador, la riqueza de Carlos Slim pasó de 51 mil 800 millones de dólares 107 millones de dólares; la de Germán Larrea, de 3 mil 600 a 800 millones de dólares; la de Ricardo Salinas Pliego, se incrementó de 10 mil 100 millones de dólares a 13 mil millones de dólares. Vemos, pues, quienes son los que se benefician con la inversión privada del plan de Morena.

Morena es una burla al pueblo trabajador de México que, con discursos maquillados —al igual que sus “otros datos”— busca vendernos una realidad que no existe y, en contraste, se va enconando cada día más. De acuerdo con el director del Instituto de Estudios sobre la desigualdad (Indesig), el 10 por ciento más rico del país sigue ganando 65 veces más ingresos que el 10 por ciento más pobre.

“El 10 por ciento apenas recibe 2,168 pesos mensuales por persona, mientras que el 10 por ciento más rico recibe 140,998 pesos mensuales por persona. Además, el uno por ciento de los más acaudalados obtiene 958 mil 777 pesos al mes por individuo, equivalente a 442 veces más que los pobres, de tal manera que el uno por ciento de los más ricos acapara el 35 por ciento de los ingresos del país, mientras que los hogares más pobres concentran sólo el dos por ciento de la riqueza nacional” (revista buzos, No. 1201).

Lo de “primero los pobres” no fue más que el pretexto perfecto para engañar a un pueblo harto de los gobiernos anteriores a Morena, pero desorientado, incapaz de ver el pan en la navaja, sin embargo, la realidad objetiva no puede ocultarse bajo la alfombra. Es necesario que la clase trabajadora eleve su conciencia y se organice para cambiar a la clase gobernante, pues no importa si son partidos políticos de derecha o “izquierda”, todos están encaminados a atender las demandas del capital, de los dueños del dinero y, mientras no haya un partido que represente verdaderamente a la clase trabajadora, por más eufemismos que usen los políticos tradicionales, la situación no va a cambiar. La solución es, pues, la organización consciente del pueblo mexicano.

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