El Buen Pastor no se va: Monseñor Víctor Sánchez continúa su labor episcopal

- Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, ejemplo de humildad y Buen Pastor
- Destaca su servicio y buen Desempeño Apostólico
- Día del Párroco en la fiesta de San Juan Vianney
Ventaja de Perfil / Por Carlos Castillo Rosas
Desde el 21 de mayo del presente año, al cumplir 75 años, Monseñor Víctor Sánchez Espinosa presentó su renuncia al Papa León XIV, como arzobispo de Puebla.
Conforme lo establece el Código de Derecho Canónico, todos los obispos, al cumplir 75 años, deben presentar su renuncia.
Sin embargo, es importante aclarar que, en el momento de la dimisión, no necesariamente es aceptada por el Papa en turno, en este caso, León XIV.
Mientras eso ocurre, el Pontífice, en su calidad de máxima autoridad de la Iglesia católica, definirá si acepta o no la dimisión. Han pasado ya 75 días, y el proceso puede tardar meses, incluso años.
Ya sucedió, en su momento, con Monseñor Rosendo Huesca, quien permaneció dos años más.
El tema es que Monseñor Víctor Sánchez Espinosa cumplió en el mes de abril 16 años como arzobispo de Puebla.
Fue designado como tal en febrero de 2009 por el entonces Papa Benedicto XVI, y asumió el cargo ese mismo año, durante una misa masiva oficiada en el estadio Cuauhtémoc.
Hoy, la comunidad e Iglesia católica celebran el Día del Párroco, fecha muy importante en la grey católica.
La figura del párroco tiene una gran relevancia para la Iglesia. Él —tal como se expone en el mismo Código de Derecho Canónico— es el pastor propio a quien el obispo diocesano confía el cuidado de una comunidad que le ha sido encomendada, viviendo el día a día con y para ella, enseñándola, guiándola y conduciéndola hacia la santidad.
Hoy, en la fiesta de San Juan María Vianney —que se conmemora en la Iglesia— también se celebra el Día del Párroco, en memoria de aquel que se dedicó con empeño a la conversión de su parroquia. No en vano, el Papa Benedicto XVI, con ocasión del 150 aniversario del dies natalis del Santo Cura de Ars —como era conocido el sacerdote francés— dedicó un Año Sacerdotal (2009-2010) en su memoria.
Estas características de pastor de una comunidad las vivió fielmente San Juan María Vianney, siendo párroco de la pequeña población francesa de Ars, donde ganó popularidad especialmente como confesor, no sólo dentro de su comunidad, sino en toda Francia. Su ejemplo de vida como pastor traspasó fronteras. Tanto así que el mismo Pío X lo propuso como modelo para los sacerdotes párrocos.
Este ejemplo de vida, no sólo como pastor, sino como modelo a seguir en la santidad, también sirvió para que el mismo Pontífice dedicara un año especial a los sacerdotes, meditando precisamente en la figura del Santo Cura de Ars.
En dicha carta, el Santo Padre también resaltó la figura de San Juan María Vianney como pastor:
“El Cura de Ars era muy humilde, pero consciente de ser, como sacerdote, un inmenso don para su gente: un buen pastor, un pastor según el Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina.”
San Juan María Vianney —continúa el Pontífice en su carta— «bien sabía que tendría que encarnar la presencia de Cristo dando testimonio de la ternura de la salvación.
El Santo Cura de Ars se dedicó a la conversión de su parroquia con todas sus fuerzas, insistiendo por encima de todo en la formación cristiana del pueblo que le había sido confiado».
“Queda entendido, por lo tanto, que el Señor arzobispo Víctor Sánchez Espinosa continúa al frente de la Iglesia Angelopolitana con la misma misión de apacentar al rebaño del Señor, y con toda autoridad para seguir ejerciendo el gobierno de esta porción del pueblo de Dios, hasta que su Santidad, el Papa León XIV, lo determine.”
Su trabajo pastoral continúa. No cesa, pese a que recientemente ha padecido problemas de salud.
Visita iglesias, templos y encabeza fiestas patronales, siendo muy querido y recibido con amor por las comunidades.
Los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos que integran la Arquidiócesis de Puebla, así como todas sus pastorales diocesanas e instituciones, han reconocido su santificación y calidad de Buen Pastor, su servicio y buen empeño apostólico.
Monseñor Víctor Sánchez sigue al frente de su grey amada, con renovados bríos y echado para adelante… siempre.