EL AMOR PROPIO EN ESTA NUEVA ERA
Por Norberto B. Catalán
Máster Trainer en Desarrollo Personal y PNL.
En un mundo donde las notificaciones no paran, los estándares de éxito se miden por likes y la comparación se ha convertido en una adicción silenciosa, hablar de amor propio ya no es un lujo, es una urgencia.
Durante décadas, el amor propio fue confundido con ego, narcisismo o exceso de confianza. Se pensaba que amarse a uno mismo era creerse más que los demás. Hoy, en esta nueva era –donde todo va más rápido, más medido, más observado– el amor propio ha tomado un nuevo significado: es resistencia, conciencia, cuidado, y, sobre todo, liberación.
Amarte en esta era significa apagar el ruido externo para escuchar tu propia voz. Significa dejar de pedir permiso para ser tú, para decir “no”, para poner límites, y para priorizarte sin culpa. Es entender que ser leal a ti mismo no te hace egoísta, sino íntegro.
Las redes sociales, con todo lo que nos conectan, también han generado una epidemia de validación externa. Hemos olvidado cómo es gustarnos en silencio, sin testigos. En esta era, el amor propio no se grita, se cultiva. No se presume, se vive. Y no siempre se ve bonito: a veces duele, a veces confronta, a veces significa dejar atrás personas, trabajos o ideas que ya no resuenan con nuestra esencia.
El nuevo amor propio ya no es solo spa y afirmaciones en el espejo –aunque también sirve–, ahora también implica hacerte responsable de tu historia, sanar tus heridas sin que se conviertan en excusas, dejar de sabotearte, y construir una vida que refleje tu valor, no tu vacío.
Amarte hoy implica también entender tus ciclos. Hay momentos de expansión y de recogimiento. Días de seguridad y días de duda. Y está bien. El amor propio real no exige perfección, sino autenticidad. Se basa en la aceptación radical: no de lo que quieres ser, sino de lo que eres ahora, sin máscaras.
Esta nueva era está llena de posibilidades, pero también de presiones. Y es justamente ahí donde el amor propio se vuelve un acto de rebeldía: elegirte, cuidarte, escucharte, sin seguir el molde de nadie.
Porque quien se ama, no se abandona. Quien se ama, se respeta. Y quien se ama, tiene la fuerza para crear una vida desde la verdad, no desde el miedo.
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