Lo que Ardelio sabe, lo sabe bien.
Algunos especulan que su mente es un archivero en el que subyacen hasta los detalles más íntimos de personajes públicos, peces gordos del ámbito político, empresarial, periodístico y demás.
Para otros es el proteccionismo a políticos, cobro de cuotas de poder, influyentismo, eficiencia, eso y más, pero todas especulaciones en torno al porqué el oscuro hombre mantiene su permanencia en los primeros círculos de los organigramas gubernamentales.
Sin importar color de partido la continuidad es su marca, para bien de algunos y para mal de otros, pudiendo desaprobar su perennidad pero nunca negarla.
El hombre de hierro y mano dura, está desde ya en el muy probable gobierno de Luis Miguel Barbosa porque Carla Morales es su avanzada.
Pese a las descalificaciones mediáticas que en todo momento lo han acompañado y que en los hechos le hacen lo que el viento a Hidalgo o a Juárez, lo mismo da.
A Ardelio, lo mismo le da la zalamería mediática que la dura y sustentada crítica.